Por un lado, alumnos del Ipem 49, ex Escuela del Trabajo, que pusieron a disposición junto al docente Javier Latino sus conocimientos en carpintería y, por el otro, el jardín Juana Manso, que tenía gran cantidad de sillitas por reparar.
Una linda historia de solidaridad, compromiso y valores entre los más jóvenes se dio hermanando dos instituciones educativas de nuestra ciudad.
El profesor Latino es MEP (Maestro de enseñanza práctica) del espacio del taller de la Tecnicatura en Industrialización de la Madera y el Mueble (IMM). Y los estudiantes de sexto y séptimo año, todos de Villa María, que arreglaron el mobiliario son Felipe Quinteros Carranza; Benito Mussati y Benjamín Córdoba Ferreyra.
En diálogo con Mañanas Perfectas, el maestro contó: «El proyecto consistía en integrar las dos instituciones con respecto al plan FODEMEP que estaba trabajando en la municipalidad que era para la mejora de los espacios de las instituciones.
En ese momento estaban trabajando en la escuela Juana Manso y con la nuestra. Y, a partir de ahí, surge la inquietud de hacer un arreglo en las sillas del jardín.
Fueron 46 sillas que se arreglaron, las enviaron acá, se les hizo todo, se evaluaron cuál era el daño que tenían, qué había que hacerle. Se gestionó el material y se logró hacer la reparación que necesitaban».
El orgullo de los alumnos del Ipem 49
Consultados por el proyecto de estudiar y trabajar de manera solidaria, los estudiantes comentaron: «aprendimos un montón, sobre la unión con los tarugos, con los tornillos nuevos que usamos, los taladros. Pudimos restaurar las sillas nosotros tres, entre otros alumnos».
Y sumaron que las primeras tareas que realizaron «fueron ver cuál podíamos restaurar, qué podíamos reciclar. Tratamos de arreglar las tapas, de unir los tarugos y, con el trabajo de los profesores, con ayuda de los materiales de acá, pudimos restaurarlas y pudimos dar una ayuda muy grande al colegio».
Mientras que en este espacio siguen adquiriendo conocimientos: «Hoy estamos haciendo la mesa para dibujo técnico y realizamos una mesa de para comer en el internado.
Nosotros el año pasado, justamente con él, habíamos pensado venir a trabajar en la carpintería, en las vacaciones, como para tener así un tiempito libre. Y ya después me gustaría seguir lo que es la tecnicatura, estudiarlo un poco más, ejercerlo».